Surca la AURORA BOREAL EN PARAPENTE y a -20ºC. ¿Tu lo harías? (1ª vez en la historia)

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  • 26 enero, 2018

Horacio Llorens siempre está dando vueltas. No sólo porque sea su habitat natural, con un parapente sobre sus hombros. Con los pies en tierra firme, también deja volar la imaginación. Por su cabeza rondan mil ideas, a cual más espectacular. La última aventura le ha llevado a volar en un escenario casi irreal. Ha sido el primer parapentista en surcar los cielos en medio de una aurora boreal. Experimentó esta sensación en Noruega.

La idea surgió en verano y se materializó hace unas semanas. «Había varias complicaciones respecto a un vuelo normal: para empezar, el tiempo. Había nieve y temperaturas que llegaron a 15 bajo cero, más bajas aún cuando volaba a 300 o 400 metros de altura. Otro de los factores que complicaron el proyecto fue el hecho de hacer vuelos nocturnos en un terreno desconocido para mí. Y, por último, el peso del paramotor que suponía unos 50 kilógramos extra, con lo que el dolor en el cuello, los hombros y la espalda estaban garantizados», explica Horacio.

Llorens quedó cautivado por el parapente a los 12 años, cuando acompañó a su tío Félix Rodríguez en un biplaza. Espero dos años a tener el permiso materno para volar. «Desde pequeño tuve fijación por los superhéroes que podían volar. Necesitaba surcar el cielo. Cuando estoy en al aire siento que estoy donde debo estar», reconocía hace unos meses en una entrevista a MARCA.

El piloto nacido en Madrid combina sus aventuras con la competición. En los últimos Juegos Aéreos Mundiales se colgó el oro en parapente acrobático, en la modalidad de sincronizado, junto al francés De Blic. En individual, conquistó el bronce por detrás de los galos Alongi y Nochez. En su palmarés también figura el récord mundial de Infinity Tumbling, con 568 vueltas consecutivas tras saltar de un helicóptero a 6.000 metros de altitud por encima de las ruinas mayas de Takalik Abaj (Guatemala).

Tras volar las islas del Pacífico, África de norte a sur o la travesía del Cauca en Colombia, el reto de la aurora boreal exigió una previsión pormenorizada del momento preciso para volar: «Lo teníamos todo listo para que, si se daba la oportunidad, pudiéramos volar enseguida, en menos de 10 minutos. Una aurora boreal se mantiene durante una hora, aproximadamente, así que no teníamos tiempo que perder». Durante 10 días, Llorens y su equipo se mudó a Noruega para preparar el rato. Puedo volar seis jornadas antes de envolverse dentro de la aurora boreal.

El vuelo requirió un equipamiento especial debido a las bajas temperaturas y a ir por encima del mar. Llorens tiró de neopreno, por si se vio obligado a amerizar en el agua. También portó unos guantes eléctricos para evitar la congelación de los dedos y no perder nunca el control del paramotor.

Fuente: http://www.marca.com/deportes-aventura/2016/01/26/56a75dff46163f8e368b459e.html

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