
Faltaban aún más de veinte años para que terminara la larga y cruenta guerra entre Inglaterra y Francia que ha pasado a la historia como la Guerra de los Cien Años (1337–1453). En un conflicto que diezmó y empobreció a los pueblos en conflicto, una joven inculta pero piadosa y profundamente religiosa guió a los ejércitos franceses hacia la victoria en Orleans. Abandonada por todos, desde el rey hungido gracias a su valor hasta la iglesia que un día creyó en sus voces divinas, Juana de Arco fue entregada a los enemigos ingleses y quemada en la hoguera. La Doncella de Orleans tendría que esperar muchos siglos para ver recompensada su valentía.




El 17 de julio de 1429 el delfín era coronado en la catedral de Reims como Carlos VII. Juana había conseguido vencer a los ingleses y dar a Carlos la corona de Francia.

Una vez que la Doncella de Orléans cumplió su misión, las voces le dijeron que debía retirarse y luego callaron. Pero continuó luchando porque quienes la acompañaron en las batallas insistieron de muchas maneras en que se quedara.

Desafortunadamente para ella, fue capturada por los borgoñones, quienes la entregaron a los ingleses. Fue trasladada a Ruán y juzgada por el tribunal inquisitorial acusada de brujería, pues las voces que escuchaba sólo podían provenir, por supuesto, del demonio.
El juicio duró tres meses, tras los cuales fue declarada culpable de hechicería y herejía. Aunque siempre dijo que era inocente, se declaró culpable y le conmutaron la pena de muerte por cadena perpetua.
Sin embargo, días después se retractó y confirmó que lasvoces le venían de Dios, que eran mensajes divinos, por lo que fue condenada a la hoguera sin más contemplaciones.
Divinidad vs. esquizofrenia
Curiosamente, la propia iglesia católica, quien condenara a Juana de Arco a la hoguera, la “rehabilitó” 26 años después de su muerte, en 1456, por insistencia del rey Carlos VII (el mismo rey que llegó al poder gracias a Juana), quien abogó por la revisión del proceso. Sin embargo, no fue hasta el siglo XX, en 1909, cuando la beatificaron y, seguidamente, canonizaron en 1920, justo el año en que Francia la nombró como su patrona.
Lo cierto es que Juana de Arco, más allá de lo acertadas que estuvieran sus estrategias militares o de la devoción católica, presentaba un cuadro completamente esquizofrénico: a la luz de la ciencia actual, las alucinaciones auditivas y visuales que sufría eran un síntoma de esta enfermedad, que se caracteriza por alteraciones de la percepción. Ella “veía” y “escuchaba” realmente a San Miguel, a Santa Catalina y a Santa Margarita, tres personajes que le resultaban totalmente familiares.
Lo notable de toda su historia, inclusive hasta hoy en día, es que, acusada de brujería en el siglo XV, o elevada a santa en el XX, las voces que oía una esquizofrénica, una bruja o una Santa cambiaron la historia de un país.
Fuente:http://supercurioso.com/la-esquizofrenia-salva-un-pais/
Fuente:http://www.mujeresenlahistoria.com/2011/04/la-santa-doncella-juana-de-arco-1412.html
Acusar a una persona de ser una perturbada sin tener ninguna prueba psicológica (sólo basándote en texto medievales, los cuales tienen en algunos casos una fiabilidad dudosa) me parece bastante grave. Por si no lo sabes entorno al 5% de las personas adultas sufren alucinaciones auditivas sin tener ningún trastorno. Es imposible demostrar si sufría algún trastorno. Ahora es sólo cuestión de fe, el que crea la llamara santa, el que no, la llamara figura histórica.
El título de la nota me parece muy, muy, muy ridículo porque aunque no soy devoto del santoral católico romano, la conducta de JUANA DE ARCO, que bien podría definirse mejor como «Esquizofrenia paranoide», si es que ese fuera el caso ( de locura), pero la locura a tal grado, si es qu fuera esquizofrenia, no tendría caso porque JAMAS esta se ha usado para salvar a nadis, sino para dañar y destruir a los demás y al que la padece…