Antes de la información, aprovechamos la ocasión para presentaros nuestro libro, el cual nos ha costado mucho tiempo de recopilación, trabajo e investigación, donde creemos que una vez termine de leer será usted consciente de la manipulación a la que ha sido expuesto el «Nuevo Testamento» por la religión Católica, y cómo ha eliminado y modificado radicalmente partes de este pues rompe con sus dogmas que nada tienen que ver con las verdaderas enseñanzas de Jesús.
¿Nació Jesús el 25 de diciembre?¿Fue Nazaret el lugar donde lo hizo?¿Era José su Padre realmente?¿Pudo ser su origen de otro mundo?¿Era un hombre normal y para nada divino?¿Tenía hermanos, mujer e hijos?¿Donde está sus descendencia?¿Lo apodaron el «niño asesino» cuando era pequeño?¿Es la religión católica una invención del emperador Constantino?¿Es Jesús una invención para manipular al pueblo?
El equipo de «Un Surco En La Sombra» responde a estas y muchas más incógnitas en un largo estudio que recopila teorías realmente diferentes a todo lo que se ha dicho públicamente de la vida de Jesús a lo largo de la historia. Nos sentimos orgullosos del trabajo realizado y poder dar la oportunidad de ver la otra cara de la moneda.
Después de la gran acogida que ha tenido, (Solo se ha podido vender formato físico en España) hemos decidido venderlo en formato digital a nivel mundial para que todo el mundo pueda disfrutarlo y hemos reducido el precio un 75% por lo que lo puede obtener ahora mismo en un click por $3.99 (3.60€)
Una vez dicho esto le damos las gracias por su tiempo y le mostramos la información que buscaba. Estamos seguros que será de su agrado y le hará que pensar
A mediados del siglo XIX, un invento revolucionó la ciencia médica: las lentes tiroidales. Su objetivo: corregir el astigmatismo.
A partir de ahí, las esperanzas para que millones de personas con problemas en la vista pudieran llevar una vida normal cobraron visos de quimera realizable. Eso es lo que nos dice la historia, que desde 1966 habría que escribirla de otro modo.
Sólo es una más de las muchas que se han hallado en yacimientos arqueológicos. Y esto que suponemos que las primeras lentes de aumento son de hace poco más de cien años, si bien la primera lupa como se conoce fue inventada por Roger Bacon en Inglaterra en el año 1250, los cristales toroidales para usos ópticos avanzados no aparecieron hasta mediados del siglo XIX.
Lente de cuarzo de 2600 años
El oxido de cerio necesario para pulir el cristal , no fue descubierto hasta 1803 por el alemán Jakos Berzelius..
Corría el año 1849, cuando se desarrollaban las “primeras” lentes, el arqueólogo Austen henry Layard excavaba en el palacio de Kalhu, la antigua capital de Asiria, más conocida como Nimrud. Entre las innumerables piezas que rescató descubrió lo que desde el principio le pareció una lente de cristal.
Una de las caras de la presunta lente era plana; la otra, convexa. “Posiblemente”, dijo Layard, de cuyas palabras muy pocos se hicieron eco. Se quedaron en un “posiblemente” Nadie volvió a plantearse algo parecido hasta el año 1966.
Entonces, tres nombres propios aparecen en esta singular historia. Arthur C. Clarke, Robert Temple y De Solla Price. De Solla Price, llevaba un tiempo inquieto a propósito de una extraña pieza que se encontraba –como tantas, olvidada en una sempiterna vitrina del Museo Británico de Londres. Tenía origen asirio y “parecía una lente”. Se trataba, lógicamente, del mismo objeto que descubrió Layard en el Palacio de Kalhu.
Que Clarke presentara a Temple y De Solla Price no era casualidad. El mítico autor había escuchado hablar de la investigación que tenía entre manos De Solla Price… Sabía también que su trabajo sobre la supuesta lente estaba atrapado en un callejón sin salida… Y sabía que si un hombre podía ayudar en aquella búsqueda, ése debía ser Temple.
La investigación que iniciaron a partir de ese momento resultó apasionante. La supuesta lente fue datada en el año 700 a.C. y se descubrió que fue pulida a partir de una pieza de cuarzo de gran calidad y sin imperfecciones internas. Temple describió el material como “claro y transparente” y averiguó que a su alrededor quedaban pequeñas virutas de metal de lo que pudo ser un marco… “¡Una montura!, dedujo exclamando.»
Finalmente, el investigador esgrimió su conclusión tras años de estudio: “Todo apunta a que se trata de una lente de forma tiroidal elaborada a propósito con esta forma. Y las lentes de este tipo sólo tienen un uso: corregir el astigmatismo.”
Si el profesor Temple estaba en lo cierto, la óptica dio con las primeras lentes mejorar la visión, nada menos que dos mil quinientos años antes de lo que se pensaba.
Aquello fue más que suficiente para que Temple se dedicara a buscar más pruebas de la existencia de óptica avanzada en la antigüedad. Las encontró… ¡a cientos!
Nadie recayó en ellas. Temple –un heterodoxo tenía que ser- rebuscó en archivos, museos, colecciones… Sólo entre las piezas catalogadas que se habían descubierto en Cartago descubrió 16 lentes similares a la que había estudiado. También las encontró en Rodas, en Éfeso o en Troya, donde aparecieron 48 cristales pulidos, plano convexos y exactamente iguales que los utilizados por la óptica moderna. Su búsqueda le llevó al antiguo Egipto, en donde rescató decenas de lentes, gracias a las que expuso sólidas pruebas para demostrar que los míticos habitantes de la civilización que se erigió a orillas del Nilo desarrollaron una avanzada tecnología óptica. Decenas de piezas así se lo sugirieron. Lentes, cristales, grabados que demostraban su uso… En todo caso, ¿no habría resultado imposible erigir obras como la Gran Pirámide de Keops sin el concurso de teodolitos ópticos?.
… De hecho, el enigmático «Ojo de Horus» alude al prisma de cuarzo en el televisor, que de echo no era un electrodoméstico sino un catalejo o telescopio, utilizado en la astronomía.
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… De hecho, el enigmático «Ojo de Horus» alude al prisma de cuarzo en el televisor, que de echo no era un electrodoméstico sino un catalejo o telescopio, utilizado en la astronomía.