
Antes de la información, aprovechamos la ocasión para presentaros nuestro libro, el cual nos ha costado mucho tiempo de recopilación, trabajo e investigación, donde creemos que una vez termine de leer será usted consciente de la manipulación a la que ha sido expuesto el «Nuevo Testamento» por la religión Católica, y cómo ha eliminado y modificado radicalmente partes de este pues rompe con sus dogmas que nada tienen que ver con las verdaderas enseñanzas de Jesús.
¿Nació Jesús el 25 de diciembre?¿Fue Nazaret el lugar donde lo hizo?¿Era José su Padre realmente?¿Pudo ser su origen de otro mundo?¿Era un hombre normal y para nada divino?¿Tenía hermanos, mujer e hijos?¿Donde está sus descendencia?¿Lo apodaron el «niño asesino» cuando era pequeño?¿Es la religión católica una invención del emperador Constantino?¿Es Jesús una invención para manipular al pueblo?
El equipo de «Un Surco En La Sombra» responde a estas y muchas más incógnitas en un largo estudio que recopila teorías realmente diferentes a todo lo que se ha dicho públicamente de la vida de Jesús a lo largo de la historia. Nos sentimos orgullosos del trabajo realizado y poder dar la oportunidad de ver la otra cara de la moneda.
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Una vez dicho esto le damos las gracias por su tiempo y le mostramos la información que buscaba. Estamos seguros que será de su agrado y le hará que pensar
¿Tuvo alguna responsabilidad en el ascenso del nazismo? ¿Fue su «silencio» necesario para evitar una masacre mayor? Preguntas como éstas surgieron después de la Segunda Guerra Mundial, y ahora, al cabo de más de medio siglo, las interrogantes continúan estrellándose contra una muralla de silencio y oscuridad levantada por la propia burocracia del Vaticano.
Era abril de 1999. El Vaticano y el gobierno de Israel tomaban una crucial determinación: instalar una comisión oficial para despejar una serie de interrogantes históricas sobre la supuesta relación entre el polémico papado de Pío XII (1939-1958) con el ascenso del nazismo y el Holocausto judío.
Sin embargo, el último 26 de julio, la comisión suspendió intempestivamente su trabajo ante la arbitraria decisión de la Santa Sede de impedir a los investigadores escudriñar en sus archivos. Ante esta postura, que el Vaticano justificó como «razones técnicas», los integrantes de la comisión han preferido abandonar, por lo menos temporalmente, la indagación.
A fines de los noventas diversos estudios pusieron en duda la honorabilidad de Pío XII. Algunos incluso le adjudicaron abiertamente su colaboración con el nazismo. Así, mientras el Vaticano pedía disculpas por el comportamiento timorato de la Iglesia durante la II Guerra Mundial y la Comisión Católica para las Relaciones Religiosas con el Judaísmo hacía público un documento contra todas las formas de holocausto en el mundo, la comisión sobre Pío XII comenzó a trabajar en las propias oficinas de la Santa Sede.
Pero en octubre del 2000 se filtraron a la prensa los primeros resultados de las pesquisas, y éstas en nada favorecían la figura de Pío XII. Los estudiosos mencionaban 45 puntos oscuros sobre la relación del sumo pontífice con el nazismo y sus aliados. Entre los comportamientos cuestionados destaca el silencio de la Santa Sede durante la Noche de los Cristales Rotos (noviembre de 1938), la que marcó decisivamente la persecución contra los judíos en Alemania. Otro dato para el escándalo fue que Pío XII no condenó las leyes racistas del gobierno colaboracionista francés de Pétain, y, algo todavía más censurable, haber recibido en 1943 al caudillo fascista Ante Pavelic, responsable de los campos de exterminio donde fallecieron miles de serbios, judíos y gitanos.
Ya en octubre del año pasado, los miembros de la comisión oficial se habían quejado. Su trabajo, alegaban, se veía dificultado porque algunos archivos les eran negados. El 21 de junio su protesta se hizo pública tras la recepción de una carta enviada a ellos por el cardenal Walter Kasper, presidente de la Comisión para las Relaciones Religiosas con el Judaísmo. Kasper prohibía a la comisión tener acceso a documentos posteriores a 1923, exigiéndole además la presentación de su informe final.
Los miembros de la comisión óintegrada por los católicos John Marley y Gerald Fogarty, por el estadounidense Bernard Suchecky, el canadiense Michael Marrus y los israelíes Robert Wistrich y Eva Fleischeró respondieron vía Internet: «Impedidos de acceder al material de los archivos del Vaticano, no podemos mantener nuestra credibilidad ante las muchas voces, católicas y judías, que han solicitado mayor disponibilidad de material de archivos. En consecuencia, debemos suspender nuestro trabajo».
El último 26 de julio la protesta de los investigadores fue apoyada oficialmente por el gobierno de Israel. Mediante una nota difundida por el Ministerio de Asuntos Exteriores, se afirma la necesidad de que el Vaticano desista de su posición inicial y actúe con transparencia.
Los analistas recuerdan que el derecho a acceder a estos archivos fue fruto de un pacto entre el Vaticano y el Estado de Israel. El principio de este acuerdo decía a la letra: «se puede construir un mundo mejor sobre la verdad, después de afrontar el pasado, incluso cuando éste no sea agradable».
La nota de protesta de Israel fue inmediatamente respaldada por la Liga Antidifamación, una de las mayores organizaciones judías en Estados Unidos, cuyo comunicado señala que sólo la apertura sin trabas de los archivos del Vaticano permitirá a los estudiosos conocer el verdadero papel de Pío XII en el Holocausto.
LA VERDAD SEGÚN JOHN CORNWELL
Animado por su deseo de conocer el verdadero rostro de Eugenio Pacelli óel Papa que escogió llamarse Pío XII en 1939ó a principios de 1998, John Cornwell, escritor británico y experto vaticanista de la universidad de Cambridge, logró acceder a documentos inéditos guardados en los archivos del Vaticano. El retrato final del pontífice más poderoso de la historia moderna acabó titulándose «El Papa de Hitler» y es un estudio que devela la imagen de un hombre de fe que, sin embargo, colaboró con el nazismo. Cornwell lo retrató como «un antisemita cuyo silencio durante la II Guerra Mundial resultó fatal para las víctimas del Holocausto». La polémica biografía, publicada a fines de 1999, fue duramente atacada por el Vaticano.
En las 400 páginas de su afilada prosa, John Cornwell devela la auténtica personalidad del hombre que negoció un concordato con Hitler, aquel que óen su empeño por preservar la enseñanza católica en la Alemania del III Reichó propició, en opinión de Cornwell, el triunfo del nazismo y de sus políticas de aniquilación de la comunidad judía internacional.
«El pontificado de Pío XII a lo largo de la posguerra y de los años cincuenta representa la apoteosis del poder papal sobre una Iglesia Católica monolítica y triunfalista, en lucha permanente contra el comunismo dentro y fuera de Italia», señala Cornwell.
Atraído por la figura de Eugenio Pacelli, el autor británico se propuso elaborar su obra aprovechando que Pío XII tenía abierto un proceso de canonización. Sus conclusiones, que fundamenta con ayuda de los informes inéditos sobre las actividades de Pacelli en Alemania cuando todavía no era Papa, presentan a un hombre de «elevadas aspiraciones espirituales y enorme ambición. Se trata de una figura que separó la autoridad del amor cristiano, con fatales consecuencias».
PÍO XII Y LA SANTA SEDE
Cuando Eugenio Pacelli nació (Roma 1876), la pérdida de soberanía del Vaticano, precipitada por la creación de Italia como un nuevo Estado-Nación, había sumido al papado en una profunda crisis.
Experto en el manejo de las leyes canónicas, Pacelli se encargó de reafirmar el dominio incontestable de los futuros papas desde Roma.
Convertido en un sacerdote «gentil y atractivo», Eugenio Pacelli fue reclutado en 1901 por el círculo más próximo al entonces papa León XIII, para que aprendiera los rudimentos de la burocracia vaticana. A partir de allí su ascensión fue fulminante. Le fue encargada la compilación de las leyes eclesiales así como la supervisión de las relaciones entre la Iglesia y el Estado en la anticlerical Francia. Transformado en un especialista en las relaciones exteriores del Vaticano, el entonces arzobispo Pacelli viajó por toda Alemania durante el último año de la Primera Guerra Mundial. Su misión: llevar ropa y alimentos a todos los creyentes de parte de la Santa Sede.
Ansioso de proteger la libertad de culto y enseñanza en Alemania, Pacelli, nuncio papal en Munich y Berlín, negoció en 1933 un concordato firmado por el papa Pío XI. Para el Vaticano, se trataba de proteger a sus feligreses. Pero unos años más tarde, tanto para Hitler como para Franco y Musollini, el tratado suponía el reconocimiento internacional del régimen nazi. Roma lo negó, pero el acuerdo estipulaba el abandono de toda actividad política o social que pudiera considerarse subversiva por parte de los católicos germanos.
Según Cornwell, la percepción de que el Papa aceptara el régimen nazi ayudó a sellar la suerte de Europa. El posterior silencio de Eugenio Pacelli sobre la aniquilación de los judíos es presentando en el libro del escritor inglés como un hecho devastador para la imagen del pontífice. «Mantuvo la neutralidad a toda costa, incluso en posesión de información privilegiada sobre los campos de concentración. Su silencio ante el Holocausto fue más que un fallo personal. Erró el papado mismo, porque pidió a los católicos que abdicaran de sus responsabilidades políticas y sociales y se pusieran en manos del Santo Padre».
«El Papa de Hitler»:
Un linchamiento
contra Pío XII
«La portada del libro de John Cornwell muestra al arzobispo Pacelli saliendo de un edificio del gobierno alemán, escoltado por dos soldados. Esta visita oficial tuvo lugar antes de 1929, es decir, cuatro años antes de que Hitler llegara al poder. Como Pacelli salió de Alemania en 1929 y nunca regresó, el uso de esta fotografía pretende denigrar la imagen de Pío XII.
Cornwell profundiza la relación de la Iglesia Católica con Alemania, pero no menciona el hecho de que Pío XII tuvo que mantenerse al margen del régimen nazi para evitar que el Holocausto sea peor. Si él se manifestaba en contra del mandato de Hitler, la tragedia hubiera cobrado más de doble de las víctimas. Ese es el motivo por el que Pío XII decidió mantenerse al margen de las atrocidades cometidas por los nazis. En el caso del concordato debe tomarse en cuenta que fue un pedido de Serbia y que Pacelli, en ese entonces, ocupaba una posición subordinada. Existe evidencia histórica de que Pío XII estaba completamente opuesto tanto al socialismo como al comunismo, porque creía que a largo plazo el comunismo era el peligro mayor para el mundo y el cristianismo. La historia ha demostrado que tuvo razón».
Peter Gumpel, jesuita, historiador y experto en el tema Iglesia-Estado en Alemania.
Fuente: http://larepublica.pe/08-08-2001/la-historia-de-pio-xii-el-papa-de-hitler
vaya rutas caoticas que te hacen estos leones de la iglesia XD
Hola, Caradosmelos. Buenos Días. Es necesario entender lo que es Nazismo, a partir de las raíces etimológicas de la palabra NAZI…: tomada de un verbo indoeuropeo NASCI que debería ser traducido como «nacer», y de cuyo participio era NATUS (nacido), del cual se forma el término «natural» en el castellano, y que en el alemán es sinónimo de «national [ nazional ]», que significa NACIDO DE, NACIDO EN, NATURAL DE … !
El problema del NAZISMO no está en lo SOCIAL; el problema del nazismo está en lo político. Porque se le inculca a la gente que la POLÍTICA consiste en la manera de gobernar a los pueblos; pero la POLÍTICA no es la manera de gobernar, sino la estrategia socio-ecómica de dividir a las masas en sectores cada vez más pequeños, a fin de poderlos gobernar. Cuando Hitler funda el NationalSocialismo como partido político, de hecho se pretende dividir el Imperio Romano de Occidente (el Papado romano), para re-estructurar el sistema y dar «nacimiento» al tercer Reich (Tercer Imperio romano-gérmanico, o de Occidente)…!!! Este movimiento no le convenía de alguna manera al Papado, porque el sistema pseudo-religioso de la Iglesia Católica, que es el Imperio Romano de Occidente iba a ser desmantelado, relevando el papado y en su lugar, establecer al Fürher. Fürher significa LÍDER SALVADOR… y ya estaba escrito: …el pueblo judío debería trascender al cristianismo, mediante el bautismo con agua en señal de arrepentimiento; pero el salvador vendría después y bautizaría a la cristiandad con FUEGO, a fin de que trascendiera al Gnosticismo…!!! Esto no lo entienden los fanáticos, ni los sectarios… El pueblo judío recibió el bautismo con agua, y muchos que nacieron de nuevo, nacieron inconscientes… recibieron el bautismo de fuego, y tampoco lo entendieron. Pero esto lo le importa al Papa, (que es el anticristo). Lo que le interesa al anticristo es crear una mala imagen del Fürher, y presentar ante la cristiandad un muñeco de yeso, crucificado, como un espantapájaros colgado en una cruz, al que deberán adorar los cristianos, antes de tratar de entender la verdad, acerca de la realidad de los hechos. – Saludos.
Simples conjeturas, argumentos irrelevantes para justificar las ideas oscuras de los papas. El papado es el Imperio Romano de Occidente, y no le conviene como emperador que es realmente un papa, permitirle al Nacismo que lo releve, pues quedaría subordinado al tercer Reich. ¿Qué es el tercer Reich? Es un turno más para el Imperio Romano Germánico… El tercer Reich significa Tercer Imperio Romano Germánico, y Adolf Hitler se posicionaría del trono sobre cualquier autoridad eclesiástica. La Iglesia Católica, fue fundada por Constantino I «el grande», a través del poder absolutista, a partir del desmonte radical de la bestia de las siete cabezas. La Iglesia Judía Romana se posicionó desde el emperador Julio César, unos 100 años antes de Cristo, cuando Israel ya había sido sometido como colonia romana. La Iglesia Judía Romana es la bestia de las siete cabezas, y sus siete cabezas son los siete obispos de las siete iglesias del Apocalipsis de san Juan Zebedeo, alegorizados con las siete cabezas del dragón de bronce bruñido, que les servía de candelabro. Constantino I desmontó la primera cabeza, al pontífice Romano y se autoproclamó Papa, sugiriendo que se trataba de la re-encarnación de Simón Pedro. Trasladó el trono del Imperio Romano a Constantinopla, su ciudad natal, a la que cambió el nombre por Bizancio. Luego le cambió el nombre a la Iglesia Judía de Roma, por Iglesia Católica, y de esa manera la cabeza de la bestia que había sido herida de muerte, fue sanada. Ya no existía el Imperio Romano de Occidente ni la Iglesia Judía, sino el Imperio Bizantino o de Oriente, y la Iglesia Católica, que consiguió perdurar hasta el año 1453, cuando los Otomanos invadieron la ciudad de Constantinopla. Pero al clero Católico, no le quedaba más remedio que regresarse a Roma, y no establecerse en Jerusalén, pues el judaísmo de Israel jamás lo reconocieron como «santo padre», porque lo consideraban una blasfemia. Ese es el motivo por el cual los papas romanos son antisemitas, y odian el judaísmo. Los judíos, bajo pretexto de estar dispersos en la diáspora, se dedican a trabajar y a fundar empresas en las que no se admitía sino, solamente a personas fieles y conversas al judaísmo, y esto provocaba mucho desempleo en Alemania (Germania) y todos los demás países sufrían al momento el embate de la inmigración semita. Ahora si podremos entender la injerencia de los reyes Católicos en el papado, y su colaboración en su lucha por ayudarle a reconquistar a Roma y establecerse en Vaticano, a fin de recibir aprobación y apoyo, en su campaña conquistadora del tercer mundo, a partir de 1492. El Catolicismo es el anticristo, y el anticristo es el antisemitismo, porque se opone a las Tesis de la iglesias judías ortodoxas. Hitler era Judío, y exterminó el judaísmo porque el papa PÍo XII lo instaba contra el Semitismo, acusando el judaísmo ortodoxo de ser comunista socialista. Cuando Hitler lo entendió, ya era demasiado tarde, porque había ejecutado el holocausto. Entonces arremetió contra el papa y ordenó asesinarlo, pero el papa logró burlarlo, y lo acusó de genocidio antisemita… El resto, y la verdad acerca de todo lo demás que sucedió después , también es sabido ya, pero los expedientes se mantienen ocultos como un secreto de élite. – Saludos.
Muy bueno el artículo. el Papa Pío XII de veras se apartó del nazismo porque es innegable que percibió las verdaderas intenciones de Hitler cuales eran la creación de un nuevo mundo, una nueva historia que los judeo-cristianos nos habían impuesto como un modelo de vida que impedía la ascención de la humanidad, más específicamente los arios, a la condición olvidada de que ellos eran dioses, porque descendían directamente de ellos.