
Antes de la información, aprovechamos la ocasión para presentaros nuestro libro, el cual nos ha costado mucho tiempo de recopilación, trabajo e investigación, donde creemos que una vez termine de leer será usted consciente de la manipulación a la que ha sido expuesto el «Nuevo Testamento» por la religión Católica, y cómo ha eliminado y modificado radicalmente partes de este pues rompe con sus dogmas que nada tienen que ver con las verdaderas enseñanzas de Jesús.
¿Nació Jesús el 25 de diciembre?¿Fue Nazaret el lugar donde lo hizo?¿Era José su Padre realmente?¿Pudo ser su origen de otro mundo?¿Era un hombre normal y para nada divino?¿Tenía hermanos, mujer e hijos?¿Donde está sus descendencia?¿Lo apodaron el «niño asesino» cuando era pequeño?¿Es la religión católica una invención del emperador Constantino?¿Es Jesús una invención para manipular al pueblo?
El equipo de «Un Surco En La Sombra» responde a estas y muchas más incógnitas en un largo estudio que recopila teorías realmente diferentes a todo lo que se ha dicho públicamente de la vida de Jesús a lo largo de la historia. Nos sentimos orgullosos del trabajo realizado y poder dar la oportunidad de ver la otra cara de la moneda.
Después de la gran acogida que ha tenido, (Solo se ha podido vender formato físico en España) hemos decidido venderlo en formato digital a nivel mundial para que todo el mundo pueda disfrutarlo y hemos reducido el precio un 75% por lo que lo puede obtener ahora mismo en un click por $3.99 (3.60€)
Una vez dicho esto le damos las gracias por su tiempo y le mostramos la información que buscaba. Estamos seguros que será de su agrado y le hará que pensar
Si los autores del Antiguo Testamento merecen crédito, los terribles acontecimientos a que acabamos de aludir debieron desarrollarse en el año 592 antes de nuestra era, y nos han sido transmitidos por el profeta Ezequiel. (¡Este fragmento ha llegado a ser una verdadera joya entre mis pruebas documentales!) Su libro comienza así:

Luego vi en el suelo, junto a cada uno de los cuatro seres, una rueda. El aspecto de las ruedas era semejante al del crisolito, y las cuatro ruedas tenían la misma forma. Podían avanzar en las cuatro direcciones, sin virar al hacerlo. Y vi que tenían llantas, y que sus llantas estaban llenas de ojos todo alrededor en las cuatro ruedas. Y cuando los seres animados se movían, movíanse también las ruedas junto a ellos, y cuando los seres se elevaban sobre la tierra, ascendían al mismo tiempo las ruedas…
Y al andar los seres, percibía yo el rumor de sus alas semejante al rugido de una gran masa de agua o a la voz del Todopoderoso; era como el tumulto de un ejército acampado. Y he aquí que por encima del techo plano que había sobre sus cabezas apareció una piedra como de zafiro con una especie de trono sobre ella; y en esta especie de trono podía verse lo que parecía ser una figura de hombre…> (p.39)
De este texto de Ezequiel ofrecí yo hace cinco años una interpretación técnica y por tanto, según creo, realista: Ezequiel vio y describió una astronave con su tripulación.[Muchos se burlan de la interpretación de la nave de extraterrestres]
Las burlas arreciaron. No perdí por ello el ánimo, y más adelante, en [el libro de Däniken en alemán] «Zurück zu den Sternen» (Regreso a las estrellas), «apuntalé» esta explosiva versión con nuevas citas de los libros proféticos. De la mofa se pasó al ataque. A las embestidas provenientes del sector religioso se juntaron las de no pocos periodistas que seguramente no sospechaban que eran otros quienes manejaban sus plumas.
El teólogo suizo profesor Othmar Keel, de la universidad de Friburgo [en Suiza], declaró en su libro «Zurück von den Sternen» (Regreso de las estrellas), que mis interpretaciones carecían por completo de fundamento y, asumiendo aires de superioridad muy propios de la «antigua escuela», añadía que el mundo científico podía a lo más reservarles una sonrisa compasiva.
Con todo, los estudiosos del Antiguo Testamento distan mucho de coincidir unos con otros en la exégesis de los libros que hablan de apariciones con humo, temblores, fuego, truenos, relámpagos, tronos, etc.; sólo están de acuerdo en una cosa: rechazar de plano toda interpretación técnica. El profesor Keel afirma que tales «apariciones» son ideogramas, mientras que el profesor Lindborg las tiene por experiencias alucinatorias. El Dr. A. Guillaume ve en las teofanías descritas simples fenómenos de la naturaleza, y su colega el Dr. W. Beyerlein trata de interpretarlas como partes rituales del culto celebrado en ciertas festividades israelitas. Sólo el Dr. Fritz Dummermuth llega a conceder, en la [revista en alemán] «Zeitschrift der theologischen Fakultät Basel» (Revista de la Facultad teológica de Basilea), que
infinito, eterno, todopoderoso y omnisciente. Dios es espíritu. Y Dios es bueno. ¿Por qué entonces habría de complacerse en aterrorizar a los seres que ama? ¿Por qué asustarlos con esas demostraciones de poder que nos describe el Antiguo Testamento? Y sobre todo: si Dios es omnisciente, bien sabía que las apariciones narradas en los textos serían un día interpretadas por las inocentes criaturas del siglo XX… ¡con su ciencia!. El Dios omnipotente es también infinito. No conoce ni el ayer, ni el hoy, ni el mañana. Me parece blasfemo suponer que ese Dios verdadero hubiera de esperar el éxito final de una operación iniciada por Él mismo o exponer ésta a malas interpretaciones. ESTE Dios tenía que saber cómo iban a ser explicados los textos en épocas lejanas, por ejemplo la nuestra. Y si tenemos a Dios por intangible o inaccesible, no nos es lícito entonces utilizarlo como pantalla o testigo principal en todas nuestras interpretaciones convencionales.
[Ezequiel vio una nave espacial]Así pues, concluimos que el profeta Ezequiel vio y describió una nave espacial. Puesto que su comandante y tribulación hablaban la lengua del profeta – de otro modo éste no les habría entendido -, podemos lógicamente deducir que los extraños visitantes habían ya pasado mucho tiempo en observar a los habitantes de aquella región, aprender su idioma y estudiar sus costumbres. Sólo después de una concienzuda preparación se decidieron a entrar en contacto con Ezequiel. Las experiencias y manifestaciones de este tipo fueron repitiéndose, según se desprende de los relatos del Antiguo Testamento, a lo largo de más de veinte años.

Ezequiel fue un cronista notable. Le impresionaron entre otras cosas– el brillo del metal,
— el estrépito del vehículo,
— las extremidades móviles de la cápsula de aterrizaje,
— la incandescencia del reactor nuclear;la resplandeciente escafandra del comandante le parecía como de «bronce bruñido», y comparaba las aspas de los helicópteros a «seres vivientes»; especialmente le sorprendía observar cómo las ruedas del aparato «… podían avanzar en las cuatro direcciones, sin virar durante la marcha». A menudo intentó el profeta encontrar palabras adecuadas para describir el ruido que acompañaba a la «aparición»; al no poder imaginarse un estruendo mayor, recurrió a metáforas como «… el rugir de una gran masa de agua» o «… el tumulto de un ejército acampado».
Si Ezequiel hubiera sufrido alucinaciones, como dicen, no tenía por qué haberse molestado en buscar palabras e imágenes para describir un ruido que él mismo era incapaz de concebir. Según entiendo, las alucinaciones no suelen ir acompañadas de efectos sonoros ni perturban el medio ambiente. Sólo esta circunstancia bastaba para haber llamado la atención de los exegetas de la antigua escuela sobre la curiosa semejanza del relato con la descripción precisa de un fenómeno técnico:
<… cuando los seres (p.41)
animados se movían, movíanse también las ruedas junto a ellos, y cuando los seres se elevaban sobre la Tierra, tampoco las ruedas se apartaban de su lado. Cuando ellos se paraban, deteníanse ellas también, y cuando ellos se levantaban, se alzaban las ruedas con ellos…>
¿Un «milagro»? ¡Claro que no! Cuando un helicóptero se remonta por los aires, difícilmente se quedan las ruedas en el suelo.
Ya he dicho antes que considero mi interpretación del texto de Ezequiel como una joya dentro de mi colección de indicios documentales. El ingeniero Josef F. Blumrich, jefe del departamento de investigación de proyectos de la NASA en Huntsville, Alabama, titular de numerosas patentes de construcción de grandes cohetes y condecorado con la medalla de la NASA al mérito por «Servicios Excepcionales», presentó en su libro «Y se abrieron los cielos» las pruebas con que, desde el punto de vista de la ingeniería, pretendía demostrar la existencia real de la nave contemplada por el profeta Ezequiel, respaldándolas con los más modernos datos técnicos. En el prólogo a la obra, cuya lectura no puede menos de cautivarnos por su exacto y sobrio análisis textual, confiesa Blumrich que su intención primera había sido la de rebatir mis afirmaciones en [el libro en alemán] «Erinnerungen an die Zukunft» (Recuerdos del futuro), pero que, tras un largo estudio del texto, acabó por aceptar la «derrota», una derrota de la que se vio recompensado con creces, derrota fascinante y alentadora… (p.42)



¡La nave de Ezequiel fue real![La NASA confirme que es posible esa nave]La quintaesencia de las investigaciones llevadas a cabo por el ingeniero de la NASA, Blumrich, viene a resumirse en las siguientes líneas [de texto]:



Impulso específico: Isp = 2.080 sec
Peso del aparato: W0 = 63.300 kg
Combustible para el regreso: W9 = 36.700 kg
Diámetro del rotor: Dr = 18 m
Potencia del rotor al máximo rendimiento: N = 70.000 PS
Diámetro de la estructura principal: D = 18 m. (p.43).
Fuente: http://www.hist-chron.com/Daeniken/ESP/mensaje-de-los-dioses/08-tiempo-y-edades.html
La visión del profeta Ezequiel en las orillas del río Quebar, no deja de seguir siendo una visión onírica clarividente, del aspecto que asumiría la tecnología aerodinámica moderna hacia el siglo XX. En efecto, según el análisis reflexivo y la visión clarividente durante nuestras meditaciones más objetivas, hemos podido saber en que consistió tal visión. Voy a dejar un link, para ser más breve y explícito: https://youtu.be/iUi5_20SwVU …!!!!